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La Colonia - Viejas Glorias

(5) El Urquiola (by Pablo)

En mi casa, habia un cuartillo trastero que mi padre usaba como almacenillo y para tener herramientas y todo eso. Pues bien, como yo no paraba quieto, decidi utilizarlo para dar vida a mis creaciones. Para ello necesitaba un socio y quien mejor que mi amigo Carlitos Salvadores.

Los mas jovenzuelos no se acuerdan de esto pero en  Mayo de 1976, concretamente el dia 12, un petrolero de nombre "Urquiola" naugrafo a la entrada del puerto de La Coruna virtiendo mogollon de petroleo en el mar. Por supuesto, nosotros y en homenaje al petrolero y al impacto que aquello habia causado en los espanoles, decidimos fabricar el nuestro, un Urquiola made in Linares.

 Nos metimos en aquel cuartillo (al que le colgamos un letrero de "no molestar, sala de inventos") armados de martillo, serrucho y distintos tipos de clavos y nos liamos a crear nuestro pequeno monstruo marino. Ni que decir tiene que ni hubo diseno previo ni nada por el estilo.

Como base del petrolero utilizamos una puerta que se habia roto de los armaritos que teniamos en la cocina, osea que la capacidad del buque era para dos y mal sentados. Una vez compuestas las partes, nos dimos cuenta de que habia huecos y juntas que teniamos que cerrar si no queriamos que aquello fuese un fracaso y quedar en ridiculo delante de todos (por cierto, durante la construccion, recibimos infinidad de visitas de curiosos a los que no se les permitio el acceso a las instalaciones, por lo que  la expectación era tremenda).

Ya que nuestro presupuesto era mas bien de los calificados "sin un puto duro", tuvimos que agilizar nuestro ingenio para arreglar el problemazo que se nos habia presentado. Tras largas horas de conclave y distintas reuniones, decidimos por unanimidad (Carlos y yo) rellenar aquellos huecos con engrudo, para lo cual utilizamos un kilo de harina que le robe a mi madre al que le anadimos agua y revolvimos cuidadosamente. Una vez hecha la mezcla, lo extendimos con una espatula tapandolo todo. Que bonito era el Urquiola!

Como colofon, fabricamos unos remos con dos palos de escoba a los que clavamos un trozo de madera de los que sobraron en la fabricacion del bicho y los pintamos a rayas rojiblancas como buen Atletico que yo era (Carlos no).

Entonces llego el dia de la inauguracion. Para llevar el navio hasta la piscina y botarlo, pusimos el barco encima de un monopatin de color naranja de mi hermano Edu y fuimos empujandolo hasta llegar a nuestro destino.

No recuerdo si fue Caminito o Maria Zamo  la chica elegida para botar el barco.Como no podía ser menos, no escatimamos en recursos y honores por lo que  atamos una botella de champan (un benjamin de esos chiquitillos) a un cordel de esos que se usaban para hacer paquetes en el economato , para que la bella dama lo lanzara contra la proa con el fin de hacerlo anicos.

Por supuesto todo habia que hacerlo correctamente, protocolo incluido. La botella se rompio llenando todo de cristales, la ducha, el trampolin y supongo que parte del fondo de la piscina...pero eso, en aquel momento no era importante.

COn cuidado, metimos el barco en el agua y ante nuestra sorpresa....cono....que flota, que esta flotando!! estabamos alucinados. Ni cortos ni perezosos, el almirante y el contramaestre nos metimos en aquella belleza marina que para nosotros era como un yate y empezamos a bogar. A los 15 o 20 segundos el buque empezo a hacer aguas de forma que quedo completamente sumergido en cuestion de milesimas de segundo. Que pena! que frustracion! tantas horas de trabajo para nada!.......

Finalmente sacamos el barquito del agua (que pesaba un guevo porque estaba toda la madera empapada) y lo llevamos al Campillo donde lo dejamos secar para mas tarde, hacer una hoguera.

 

Ah! Me acabo de acordar! El Urquiola estaba dotado con un flotador de esos de plástico duro arrugado con caballitos de mar y estrellitas pintadas por si algun marinero caia al mar...jajajja que ilusos!!

Moraleja: No fabriques nunca un barco si no tienes ni puta idea.

 

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